Continuando con el post anterior hoy
vamos a comentar aquello que tanto padres como madres deben evitar y lo que es
necesario aprender para conseguir el éxito escolar de sus hijos. Así que hoy os
dejo unas pautas para orientaros en esta tarea educativa. Como siempre espero
que sea de vuestro interés.
¿Qué no deben hacer padres y madres?
El objetivo es conseguir que los hijos
estudien de manera responsable y autónoma, así el papel del padre y de la madre
sería de supervisión y apoyo cuando lo necesitasen. Pero para llegar a este
punto primero vamos a pararnos para reflexionar sobre varias situaciones que se
dan con mucha frecuencia y es importante aprender a evitar. Estos son los pasos
que NO debes dar nunca:
Compararles continuamente con otras
personas.
Cada persona tiene un ritmo y un estilo de aprendizaje concreto. Esto no
es una competición, lo que importa es esforzarse para superarse a uno mismo,
según sus capacidades y limitaciones.
Hacerles los deberes o darles las
respuestas.
Los deberes les ayudan a aprender, crean un hábito de
estudio y aportan información importante para el profesorado, ya que les
permite observar el nivel de cada alumno. Si tú haces sus deberes ¿para qué
sirve? Pues para impedir que tu hijo aprenda a organizarse, responsabilizarse
de sus tareas y adquirir los conocimientos adecuados.
No respetar su tiempo libre y de ocio. Los estudios no lo son todo en su vida, también necesitan
tiempo para desconectar y hacer otras cosas. El deporte es una buena opción porque
les ayudará a estar más atentos y concentrados en los estudios, es un gran
activador de la mente.
Atosigarles con los deberes. Son muchos los
adultos que se pasan la tarde persiguiendo niños para que hagan los deberes y
esto significa mucho estrés y sofocos para después hacer la tarea a última
hora, deprisa y mal. Hazle entender que los deberes son su responsabilidad y no
la tuya.
Criticar aquello que hacen mal y no reforzar
aquello que hacen bien.
A veces parece que tenemos puestas “las
gafas de la negatividad” y solo prestamos atención a los hijos cuando hacen
algo malo para reñirles y castigarles. En cambio, cuando sacan buenas notas,
recogen su habitación o pasan la tarde tranquilamente sin discutir con su hermano,
no decimos ni una palabra. Cuando hagan las cosas bien hay que reforzarles, un
simple comentario es suficiente “enhorabuena por tus notas, sigue trabajando
así”, por ejemplo. Esto permitirá aumentar su autoestima y la confianza en sí
mismo. A veces el reforzamiento es más efectivo que el castigo.
Reforzar sus logros con premios materiales.
En la tarea educativa el reforzamiento es
muy efectivo, cierto, pero cuidado porque no todos los tipos de reforzamiento
son válidos. Son muchos padres y madres los que prometen un móvil o una moto si
las notas son buenas a final de curso. Os voy a poner un ejemplo muy concreto
de una situación real: unos padres preocupados porque el rendimiento académico
de su hija estaba bajando. Ellos sabían que ella podía sacar más nota porque en
cursos anteriores lo había hecho y es una chica muy lista. Pensaron que una
forma para motivarla en los estudios sería comprarle un móvil para navidades. Durante
el primer trimestre las notas eran bastante más altas que las del anterior curso,
así que llegadas las navidades los reyes magos la obsequiaron con un móvil de
última generación. ¿Qué paso después? Las notas bajaron de nuevo e incluso
aparecieron algunos suspensos.
El error fue prometerle un móvil y
comprárselo después, su motivación, lo que la llevaba a estudiar era conseguir
el móvil. Una vez conseguido el objetivo desaparece la motivación y no tiene
interés en estudiar.
¿Qué deben hacer padres y madres?
Una vez aprendido qué no debemos hacer
pasamos a comentar algunas de las pautas más relevantes que pueden ayudar a
mejorar el rendimiento escolar y conseguir una mayor autonomía y
responsabilidad en los estudios:
Un espacio para estudiar
- · Siempre el mismo, así asociará la habitación con el estudio y se concentrará con más facilidad para hacer las tareas de forma efectiva.
- · Sin distracciones, nada de móvil ni televisión mientras se estudia. Ha de ser un lugar silencioso sin ningún tipo de distracción.
- · Mesa de estudio amplia y una silla cómoda. en la mesa estará ordenado todo el material necesario para estudiar.
- · Buena iluminación, la mejor opción es la luz natural.
- · Temperatura sea adecuada, en torno a 20º y ventilación.
- · Tablón de corcho en la pared para colgar los planes diarios y semanales de estudio, las fechas de exámenes, etc.
Establecer un horario y un plan
de estudio.
- · Es fundamental realizar el horario con ellos para tener en cuenta sus capacidades y ritmos de aprendizaje. Además esto les permitirá desarrollar su capacidad de decisión, compromiso, responsabilidad y autonomía.
- · Planificar el horario cada semana. Hacer un listado de las actividades que realizan semanalmente, donde aparezca diferenciado el tiempo de estudio y el tiempo de descanso y tiempo libre
- · Estudiar todos los días a la misma hora, evitando que sea inmediatamente después de comer, justo después de las clases o muy tarde cuando pueden estar cansados.
- · Un tiempo limitado, con principio y fin. Por ejemplo de 5 a 7 de la tarde.
- · Las horas de estudio recomendadas varían con la edad: con 3-4 años un tiempo breve; con 5 años entre 20-30 minutos; de 6 a 7 años alrededor de 40 minutos, de 8 a 9 años alrededor de 1 hora, de 10 a 12 años, sobre 1 hora y 30 minutos y a partir de 12 años, entre 1.30-2 horas, con 5 minutos descanso cada hora.
Espero que estas pautas os
sirvan de orientación y que cada uno de vosotros las adapte a su situación familiar
para sacarles el máximo partido.
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