La
píldora anticonceptiva o, simplemente, "la píldora", es un tipo de
medicamento que las mujeres pueden tomar diariamente para prevenir embarazos.
También se las llama “la píldora” o anticoncepción oral y se considera uno de
los métodos anticonceptivos hormonales más efectivos para la protección contra
embarazos no deseados.
Además
otra de las ventajas de la píldora es que, en principio, es un método adecuado
para todas las mujeres en edad fértil, desde la adolescencia hasta la
menopausia. Pero en la mayoría de los países, la píldora solo se puede adquirir
con receta médica y tras una consulta personal con la mujer, en la cual el
ginecólogo decide si la píldora es adecuada para ella y cuál es el tipo de
píldora más indicado.
Por
otro lado también es importante saber que existen diferentes tipos de píldoras,
que tienen su principal diferencia en el principio activo, la dosis y la toma. Aunque
la forma más generalizada de píldora es la píldora combinada, llamada así
porque combina estrógenos y progestágenos.
De
modo que cada preparado se diferencia de los demás por su composición y dosis
de las sustancias activas. Por lo general todas ellas contienen hormonas
sexuales sintéticas y su efecto es comparable al de las hormonas sexuales que
produce nuestro organismo. Funcionan como portadoras de información, o
“mensajeras”, y su misión es controlar el ciclo reproductivo.
La
mayoría de las píldoras anticonceptivas actuales son preparados combinados
(“píldoras combinadas”) que contienen dos tipos de hormonas: estrógenos y
progestágenos.
Prácticamente
todas las píldoras combinadas contienen dosis diferentes del estrógeno,
etinilestradiol, y también emplean diferentes variaciones y dosis de los
progestágenos, que son los principales responsables del efecto
anticonceptivo.
En segundo lugar está la llamada minipíldora es una excepción, ya que únicamente contiene
progestágenos, pero para garantizar correctamente el efecto anticonceptivo, en
la mayoría de los casos, se tienen que tomar estrictamente dentro de una misma
franja de tiempo delimitada. La minipíldora sin estrógeno constituye una
alternativa, principalmente para las madres durante el período de lactancia y
mujeres que no pueden tomar productos con estrógenos.
Si
bien, a la hora de elegir un método anticonceptivo, una de las cosas que más
preocupan y se tienen en cuenta es su eficacia; teniendo que destacar el hecho
de que las píldoras anticonceptivas son muy eficaces, siempre y cuando se tenga
en cuenta que las píldoras combinadas funcionan mejor cuando se toman todos los
días y las que sólo contienen progestina se deben tomar a la misma
hora todos los días, ya que así se mantienen correctamente los niveles de
hormonas en el cuerpo de la mujer, lo que evitará que se produzcan sorpresas
inesperadas.
También
hay que destacar que no debemos verlo como algo perjudicial para nuestra salud
ya que, aunque los primeros preparados hormonales estaban cargados de efectos
secundarios, desde que apareció la píldora se ha trabajado para reducir la
dosis hormonal y mejorar sus componentes para favorecer su tolerancia, reducir
los efectos secundarios y aumentar la seguridad como método anticonceptivo, de
modo que la investigación en el campo de la anticoncepción ha permitido
disminuir la dosis hormonal y además se han creado nuevas fórmulas que permiten
escoger entre una administración diaria, semanal o mensual.
Pero,
¿cómo y cuándo surge la píldora?
El
año 1960 constituyó un hito en la historia de la anticoncepción porque fue el
año en el que en Estados Unidos se aprobó la primera “píldora”. Un método
anticonceptivo basado en hormonas que consistía en una pastilla de
administración oral que las mujeres tomaban diariamente para prevenir los
embarazos, y que es considerada hoy uno de los métodos contraceptivos más
seguros que existen y que fue algo completamente nuevo para aquella época.
Pero
como siempre los inicios no fueron fáciles, ya que al principio hubo que
sortear muchos prejuicios y tabúes, puesto que, como se podéis imaginar, la
creencia que había en esa época en cuanto a relaciones sexuales era que las
mujeres casadas podían mantener
relaciones sexuales y no las solteras. Por ello las solteras no necesitaban
métodos anticonceptivos, mientras que a las casadas se las recetaba el médico
pero solo si su marido daba el consentimiento.
Tras
los cambios sociales que tuvieron lugar en los países industrializados de
Occidente a finales de la década de los 60, se adoptó una actitud nueva y más
abierta ante la sexualidad y la píldora también ganó popularidad. En 1968, los movimientos estudiantiles y los
importantes cambios sociales asociados propiciaron un cambio de actitud que se
materializó en la década de los 70. La ruptura de tabúes, un discurso más
abierto para hablar de sexualidad y la autodeterminación de las mujeres en
anticoncepción, provocaron una rápida propagación del uso de la píldora.
Actualmente,
más de 60 millones de mujeres de todo el mundo utilizan la píldora como método
anticonceptivo y cada año menos de una mujer de cada 100 quedará
embarazada si toma siempre la píldora todos los días siguiendo las
instrucciones. Pero recuerda que la píldora es únicamente un método
anticonceptivo que no protege contra enfermedades de transmisión sexual, como
el SIDA, de modo que en caso de duda, debes utilizar siempre un preservativo
como método anticonceptivo para reducir el riesgo de infecciones.
Y
ahora que tienes esta información, ¿te lanzarás a probar este método
anticonceptivo en tus relaciones o en cambio piensas que es mejor utilizar unos
de los otros métodos alternativos que existen? ¿Tienes experiencia con la
píldora y te gustaría compartirla? Adelante, déjanos tus comentarios.
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