A
lo largo de esta semana vamos a hablar sobre una de las primeras disfunciones
sexuales descritas y también una de las más comunes en las mujeres, la
anorgasmia, o lo que es lo mismo la incapacidad de la mujer para alcanzar el
orgasmo. Como siempre espero que sea de vuestro interés.
Si
hacemos un breve recorrido por la historia comprobaremos que la preocupación
por acabar las relaciones sexuales con un orgasmo no ha existido siempre, por
ejemplo, en los años 50 cuando la
función de la sexualidad era la de tener hijos como parte del matrimonio y
sobre todo satisfacer las necesidades sexuales del hombre, la preocupación
porque la mujer llegara al orgasmo era inexistente, su papel era totalmente pasivo,
no tenía ni voz ni voto, de modo que podríamos decir que esta preocupación es
algo relativamente nuevo o reciente.
Por
suerte años más tarde gracias a estudios sobre sexualidad, como el informe
Kinsey, se demostró que la pasividad presentada por las mujeres en su vida
sexual era fruto de la cultura y no un rasgo biológico. Las mujeres comenzaron
a entender que también tenían derechos sexuales y podían pedir aquello que
desearan cuando les apeteciera y así tener un papel sexual más activo, demando
sus necesidades sexuales, sin tener que pensar únicamente en las del hombre.
Está
claro que es un gran paso que ha permitido a las mujeres expresarse sexualmente
para disfrutar de su sexualidad y compartir el placer sexual con el hombre sin
ser este el único protagonista. Pero a pesar de estos avances aún son muchas las
mujeres que viven su sexualidad de forma pasiva, pensando que su placer depende
de su pareja y no de ellas mismas. Pero aquí habría que ver el por qué de ese no querer abrirse sexualmente e
intentar ofrecerles educación sexual, al menos para hacerles ver que cada
persona es responsable de su placer y conocer las diferentes posibilidades que
tenemos de expresar y vivir la sexualidad.
Por
otro lado también nos podemos encontrar el caso en el que nos pasamos de la
raya y es entonces cuando la cosa se complica, pasando de un extremo a otro, de
reclamar el derecho a disfrutar y alcanzar el orgasmo, a que el orgasmo se
convierta en una autoexigencia. En este caso parece que si una relación sexual
no culmina con un orgasmo, como mínimo, no es placentera. Esta situación genera
mucha ansiedad en las mujeres, de modo que si antes las disfunciones sexuales
solo afectaban a los hombres, debido a esta circunstancia la cosa está cambiando
y cada vez son más las mujeres que sufren disfunciones sexuales, entres ellas
la anorgasmia.
La
anorgasmia es la incapacidad para alcanzar el orgasmo después de una adecuada
estimulación sexual. Las mujeres que padecen este trastorno en sus relaciones
sexuales son estimuladas de forma satisfactoria pero no consiguen alcanzar el
orgasmo con ningún tipo de estimulación. Con estimulación sexual adecuada me
refiero a tocar a la mujer de la forma que le resulte más placentera y aquí no
hay ningún truco o receta que funcione con todas las mujeres. Aunque si nos
centramos en su anatomía podemos hacer un pequeño ranquin de cuál es la mejor
forma de llegar al orgasmo:
Autoestimulación
del clítoris: es la forma más fácil de experimentar el orgasmo y es el que
utilizan la gran mayoría de las mujeres cuando se masturban. El clítoris tiene
unas 8.000 terminaciones nerviosas que hacen de él un órgano muy sensible al
placer.
Estimulación
bucal: el sexo oral ofrece una estimulación muy placentera que hace llegar al
orgasmo. Si quieres saber cómo hacer un buen cunnilingus, sexo oral a la mujer,
te dejo un enlace. CUNNILINGUS: LA SUGERENCIA
Coito:
las posturas durante la penetración que favorecen el orgasmo son aquellas que
se acompañan de la estimulación del clítoris como pueden ser la cabalgada donde la mujer está
encima y penetración a tergo, la mujer se tiende boca abajo y el hombre penetra
por detrás. Cada postura proporciona una estimulación diferente, elige la que más
te guste y acompáñala de la estimulación del clítoris para que sea más
placentera. Simplemente con la penetración es muy difícil que la mujer llegue
al orgasmo porque la vagina no es una zona muy sensible al placer.
Varias:
para algunas mujeres el presionar los muslos, acariciarse los pechos o simplemente fantasear les puede llevar al
orgasmo, sin necesitar más estimulación adicional.
Inserción
digital: consiste en introducir uno o varios dedos en la vagina, pero no
resulta muy placentera y pocas veces conduce al orgasmo.
En
mi opinión hay tantas formas de llegar al orgasmo como mujeres existen, así que
si tu objetivo es alcanzar el orgasmo, deberás tomarte ese ranquin como una
idea, porque lo mejor es que la propia mujer experimente y descubra que es lo
más placentero para ella.
Aquí
sería necesario aclarar que a lo largo de la vida de una mujer habrá muchas
ocasiones en las que sus encuentros sexuales no culminen con el orgasmo y no
por ello debemos considerar que es algo patológico o que padece anorgasmia. El
orgasmo es una fase más de la respuesta sexual pero no siempre se llega a esa
fase y esto es algo normal.
Cuando
se trata de algo patológico o considerado problemático hablamos de anorgasmia y esta no se presenta siempre de la
misma forma sino que existen diferentes formas clínicas. Dependiendo del momento y de cuándo se
presenta la dificultad para alcanzar el orgasmo, la anorgasmia puede
clasificarse en:
Anorgasmia
de toda la vida: la mujer nunca ha experimentado un orgasmo, ni a través del
coito, ni con la masturbación, ni por estimulación directa de su pareja ya sea
con la mano, con la boca o con algún juguete sexual.
Anorgasmia
adquirida: después de un tiempo de haber tenido orgasmos con normalidad estos
dejan de experimentarse.
Anorgasmia
general: la mujer es incapaz de sentir un orgasmo, ya sea a través del coito o
por la estimulación del clítoris.
Anorgasmia
situacional: la mujer alcanza el orgasmo pero solo en determinadas circunstancias
específicas o con determinadas personas.
Las
mujeres que padecen anorgasmia sufren una gran presión sociocultural porque
parece que el orgasmo es lo único que importa en la sexualidad. Las escenas de
las películas eróticas o en revistas donde se presenta el orgasmo como algo
explosivo, hacen que estas mujeres se sientan limitadas por no experimentar esa
sensación. Ellas piensan que viven una sexualidad pobre y ello les lleva a la
evitación pensando que si no van a disfrutar del sexo pues mejor ni intentarlo.
Esto provoca una falta de entrenamiento y experimentación que le impiden
acceder a una sexualidad placentera.
No
pretendo con esto hacer un diagnóstico, simplemente daros a conocer una de las
disfunciones que pueden afectar a la vida sexual de la mujer. En los próximos
artículos informaremos sobre las causas que dan lugar a este trastorno y algunas
ideas que te ayudarán a conseguir el orgasmo. De todas formas si en tu caso
concreto te sientes identificada y crees que puedes sufrir anorgasmia lo mejor
es acudir al especialista y sea él quien te asesore.
Temas relacionados:
No hay comentarios:
Publicar un comentario