IDEAS PARA MEJORAR TU VIDA SEXUAL: EL AUTOMASAJE

Está claro que nadie mejor que tú conoce el contorno y las curvas de tu propio cuerpo, tus gustos y tus debilidades, así que ya es hora de aprovechar este conocimiento a través del sentido del tacto, y esto lo vamos llevar a cabo realizando un auto masaje. Pero, cómo se hace un auto masaje? Esa es la idea que te proponemos desde el blog de Anahit consulta. Como siempre espero que sea de vuestro interés y que os guste.





Hay veces que nos gustaría poder recibir un masaje que nos proporcione un momento de relajación o placer; pero es verdad que, por diferentes motivos como el tiempo, el dinero o la distancia, no nos lo podemos permitir. O también se puede dar el caso de que lo que nos apetezca sea tener un momento relajante en intimidad, un masaje o unas simples caricias, pero no estamos en pareja o, simplemente, no tenemos ganas de estar con nadie, sino con nosotros mismos, esto no quiere decir que, como seguramente muchos estén pensando, tenga que ser un masaje genital, también podemos dedicarnos un auto masaje por todo el cuerpo.

Para ello lo primero que tenemos que hacer es reservar un espacio en el día donde nos aseguremos que podemos gozar de un tiempo para nosotros mismos, un tiempo de intimidad, sin que nadie te interrumpa.

A continuación vas a preparar la habitación de manera que resulte cálida y agradable, puedes colocar una manta en el suelo y como toque final un frasco de aceite que te resulte agradable.

Una vez que todo está preparado vamos a empezar con el masaje a nuestro propio cuerpo siguiendo los siguientes pasos:

1.       Quítate toda la ropa y siéntate en el suelo con las piernas estiradas hacia delante. Ahora flexiona una pierna de manera que puedas coger uno de tus pies. Pon un poco de aceite en tus manos y dibuja círculos con los pulgares sobre toda la planta ejerciendo un poco de presión. Ahora coge uno a uno los dedos del pie doblándolos suavemente hacia delante, hacia atrás, después tira y gira.


2.      Túmbate de espaldas e inspira lenta y profundamente. Apoya la palma de tu mano sobre el vientre haciendo círculos muy despacio y en el sentido de las agujas del reloj. Es importante estar atento a las sensaciones que percibes cuando tocas el cuerpo con  tu mano. No es el momento de criticar tu cuerpo así que no te pongas a pensar en los michelines, simplemente se trata de observar a través del sentido del tacto.

3.      Deja caer las rodillas hacia un lado manteniendo los hombros pegados al suelo. Con tus dedos índice y corazón haz como si caminaran con fuerza y firmeza sobre el muslo, hacia arriba y hacia abajo. Ahora relaja los dedos y acaricia suavemente el muslo con la yema de todos los dedos de una mano. Apóyate sobre el otro costado y repite en el otro muslo.

4.      Pega las rodillas a tu pecho y sujétalas con tus brazos. Con los ojos cerrados balancéate suavemente para que el suelo masajee los músculos de la espalda.

5.      Túmbate estirando todo el cuerpo y cruza tus brazos sobre el pecho apoyando las manos en los hombros. Desliza las manos sobre el pecho, cuando lleguen al otro costado se deslizan en sentido contrario. Repite este movimiento varias veces ejerciendo cada vez menos presión.

6.      Con las yemas de tus dedos acaricia suavemente el cuello, la mandíbula, la barbilla y tus labios. Formando círculos acaricia también el contorno de los ojos.

7.      Como si tus manos fueran un rastrillo pásalas por el cuero cabelludo ejerciendo un poco de presión. Puedes empezar desde la nuca o desde el nacimiento del pelo en la frente.

8.     Para terminar desliza suavemente tus manos desde el pecho hasta las piernas con movimientos largos y amplios.


Como veis esos momentos íntimos no tienen que ser unos momentos de placer sexual, o mejor dicho genital. Como ya hemos comentado en ocasiones anteriores todo el cuerpo es una fuente de placer, por lo que centrarnos en la zona genital puede hacer que perdamos la conciencia de la sensibilidad, la sensualidad y capacidad de reacción que son innatas en nuestro cuerpo.

Centrarnos en la estimulación de la zona genital puede llegar a afectar a la expresión de nuestra sexualidad, debido a que vamos dejando el resto del cuerpo impasible, sin el más mínimo contacto, y vamos perdiendo esas sensaciones que el tacto nos provoca. Por ello nunca debemos olvidar que todo el cuerpo puede ser una fuente de placer erótico y sensual, y seguro que si buscas un poco siempre encuentras alguna zona especialmente agradable a la hora de masajear.

Para descubrir esos escondites de placer te bastará con tus propias manos, un poco de aceite y seguir la idea que te propongo, con estos tres elementos obtendrás un masaje cargado de sensualidad con efecto relajante y con el que conseguirás liberarte de la tensión, haciendo que tu cuerpo se estremezca disfrutando del placer que te proporciona.

En definitiva esto es simplemente una guía para saber cómo empezar, puedes seguirla al pie de la letra o incorporar las variantes que desees según tus gustos, deseos y necesidades. Lo importante es que disfrutes de este masaje que te ayudará a conocer mejor tu cuerpo y tomar consciencia de las sensaciones que te proporciona. Si conoces cuáles son tus zonas erógenas y como te gusta que las acaricien, podrás compartir esta información con tu pareja y tus relaciones sexuales pueden mejorar bastante.


Otra cosa que puedes hacer es recomendarle el automasaje para que él o ella redescubra su cuerpo o simplemente ser tu quién realiza el masaje a otra persona. Lo primero es aplicarlo a uno mismo, después ya tú haces lo que te apetezca.

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