Hoy en el blog de Anahit
consulta continuamos el recorrido que venimos realizando por los cinco
sentidos, a través del cual hemos aprendido a usarlos en beneficio de nuestra
sexualidad. Para ello en esta ocasión la dedicaremos a redescubrir el sentido del
tacto, un sentido que es fundamental, en lo que a la faceta sexual se refiere,
puesto que es muy importante que sigamos siendo exploradores de nuestro propio
cuerpo y también del cuerpo de la otra persona que nos acompañan en los
encuentros sexuales. Como siempre espero que sea de vuestro interés y que os
guste.
Para mí hablar del sentido del
tacto es hablar de la piel, esos aproximadamente dos metros cuadrados de piel
que cubren todo nuestro cuerpo y que gracias al sentido del tacto podemos
descubrir y explorar, llevándonos a conocer sensaciones muy diferentes según
donde toquemos.
Para describir la piel voy a
recurrir a Olga Betomeu, más concretamente a su libro “Guía práctica de la
sexualidad femenina”, creo que es buena forma de explicar qué es y sobre todo
que significa para la sexualidad, sin necesidad de usar tecnicismos. Olga la
describe así: “Nos cubre y nos descubre. A través de sus poros brotan las
sensaciones; toda su superficie está plagada de miles de puntitos ávidos de
información, prestos a recibir todos los mensajes del exterior. Capaz de
alarmarse y de crisparse, se estremece y se pliega.
Se cubre de gotitas salinas o
se hace dulce y confiada. Se hace ardiente, o se hace rígida cubierta de una lacerante
frialdad. En cada pliegue, en cada arruga, quedan escritos los hitos
confesables o no de nuestra breve historia.”
Esto es la piel y el sentido
del tacto trabaja sobre ella.
Antes de nada habría que
señalar que cada día, aunque de forma automatizada, entramos en contacto con
nuestro cuerpo, cuando nos vestimos, nos duchamos, nos ponemos crema corporal…
son muchas las ocasiones que tenemos a lo largo del día para desarrollar el
sentido del tacto.
De hecho desde nuestra infancia
el sentido del tacto es uno de los principales sentidos que utilizamos para
descubrir el mundo, ya que cuando somos pequeños y estamos explorando el mundo,
el sentido del tacto se convierte en una herramienta fundamental; y como parte
del mundo que somos, gracias a el tacto entramos en contacto, tocamos y
sentimos diferentes zonas de nuestro cuerpo y vamos descubriendo cómo es y cómo
siente. Pero con el paso del tiempo, y a medida que vamos creciendo, parece que
nos olvidamos de usar el tacto para tocar y sentir nuestra piel. El problema es
que no tomamos conciencia de este contacto, un grave error, puesto que éste es un
sentido muy importante en la vida sexual, porque te permite seguir
descubriendo, explorando y aprendiendo sobre ti mismo y sobre tu entorno.
Para que el sentido del tacto
nos proporcione beneficios es necesario tomar conciencia y pensar en la
información y sensaciones que este nos transmite. Esto significa recorrerlo,
observar cada rincón, ver qué zonas están bien y cuales necesitan de un cuidado
especial o de más atención, experimentar como cada zona tiene una sensibilidad
diferente que transmite distintas sensaciones. Esto no es más que conocer el
cuerpo a través del tacto y usar esta información para hacer de nuestros
encuentros sexuales ocasiones para compartir y descubrir nuevas sensaciones
táctiles.
Un buen ejemplo de la
importancia de este sentido en la sexualidad podemos encontrarlo en la práctica
del sexo tántrico, donde el tocar es todo una disciplina que relaciona el tacto
con la energía. Con las caricias tántricas además de proporcionar y recibir
placer puedes transmitir y recibir energía erótica. Cuando tus manos descansan
sobre la piel del amante puedes sentir el cosquilleo de la energía fluyendo y
esta energía puede ayudar a sanar, liberar tensión y descubrirte un nuevo
estado de sensualidad.
El sexo tántrico es una
disciplina que puede aportarnos muchos beneficios pero es un tema que
abordaremos en el blog más adelante. Ahora vamos a centrarnos en los aspectos
básicos y lo que puede aportarnos el sentido del tacto para más adelante poder
profundizar un poco más.
Así que vamos a empezar por el
principio, conociendo cuales son los beneficios que nos ofrece el sentido del
tacto para vivir nuestra sexualidad de una forma diferente. El aspecto más
importante a tener en cuenta es que contacto con el cuerpo nos aporta:
Nos ayuda a tomar conciencia del
cuerpo y experimentar sensaciones
Localización de las zonas que
nos generan más placer, las zonas que tenemos más olvidadas y aquellas que no
nos resultan agradables de acariciar.
Ampliación de las relaciones
sexuales más allá de la penetración
Toda esta información deberás
conocerla de primera mano para aprender a disfrutar de tu cuerpo a solas y si
lo deseas después poder guiar a tu compañero o compañera sexual por tu mapa
corporal de sensaciones a través del tacto.
Por ello a lo largo de esta
semana vamos a ofreceros las claves del automasaje, para que os convirtáis en
unos auténticos exploradores de vuestro cuerpo y os lancéis a la búsqueda de
nuevas zonas erógenas con las que disfrutar. También haremos un recorrido por
las diferentes técnicas de masaje que hemos sugerido en el blog a lo largo de
todo este tiempo. Así que si quieres aprovechar al máximo tu sentido del tacto
estate atento al blog.
Tema relacionado:
No hay comentarios:
Publicar un comentario