LA ALQUIMIA: EL ABORTO

Hoy en la alquimia hablamos de cómo afecta la interrupción voluntaria del embarazo al organismo de la mujer, que complicaciones se pueden producir y cómo el cuerpo se va adaptando a la intervención.



La interrupción voluntaria del embarazo es un procedimiento para finalizar un embarazo que debe ser realizada por profesionales de la medicina especializados, con una técnica adecuada y siguiendo los criterios de calidad sanitaria.



Hay que destacar que existen diferentes métodos para interrumpir el embarazo según las semanas de gestación y dependiendo de la situación de cada mujer. Estos métodos son instrumentales o quirúrgicos y farmacológicos según la Organización Mundial de la Salud (OMS)


La I.V.E., practicada por profesionales con experiencia y en condiciones técnicas y sanitarias satisfactorias, suele ser una intervención casi sin riesgos y sin complicaciones médicas posteriores. Las complicaciones graves son excepcionales, pero pueden presentarse algunas de carácter menos grave.


Pero, ¿qué hacer después de una IVE?

En el centro donde se practique la IVE todas las mujeres deben recibir información sobre los síntomas y cuidados posteriores, que dependerán del tipo de intervención realizada y del número de semanas de gestación.

Aunque la mayoría de las mujeres pueden hacer su vida con normalidad, evitando excesos de esfuerzo, durante la primera semana, es recomendable saber que:

  • Es aconsejable durante las primeras semanas, evitar bañarse los primeros quince días, pero podrá ducharse diariamente. Tampoco, usará tampones y deberá usar compresas. No podrá practicar el coito mientras dure la hemorragia, pero si relaciones sin penetración.
·         Es normal que algunas mujeres, presenten pequeñas molestias en el vientre, como dolor leve o sensación de hinchazón que se alivia con analgésicos. Otras, tienen un sangrado algo más abundante que la regla o expulsan algún coágulo. Siendo todo ello normal, durante unos 15 días. También pueden aparecer molestias en las mamas.

  • No es normal un fuerte dolor en el vientre, temperatura mayor de 38º o sangrado mucho más abundante que la regla que no cede en pocas horas. En estos casos se debe acudir a urgencias, al centro de salud o la clínica que le atendió. Además es recomendable saber que las complicaciones más graves que pueden aparecer son:
-         La retención de restos, que es poco frecuente (1/1000), se manifiesta con hemorragia persistente y dolor abdominal. Con tratamiento médico suele resolverse, sólo en determinados casos, se deberá realizar una nueva intervención.

-         La retención de sangre o hematometra (2/1000), presenta síntomas similares. Suele remitir también con tratamiento médico. Sólo en ocasiones, habrá que aspirar la sangre retenida.

-         La infección es otra complicación posible, pero todavía menos frecuente. Se puede manifestar con dolor, fiebre o pérdidas vaginales. En general, con el tratamiento adecuado los síntomas desaparecen.

Además es importante, realizar una revisión ginecológica entre 10 a 30 días tras la I.V.E. La mayoría de los centros, recomiendan que esta revisión se realice a los 15 días. Es conveniente, que la revisión incluya una ecografía, pues obtendremos una imagen precisa del estado del útero tras la I.V.E. Se puede consultar para ello en el centro ginecológico al que se acuda habitualmente. Existe también, la posibilidad de realizarla en la misma clínica donde se practicó la intervención.

Tras la I.V.E. la fertilidad se recupera de inmediato y no tiene trascendencia para posibles embarazos posteriores. A los pocos días, es casi imposible conocer si una mujer ha tenido un aborto, mediante una exploración ginecológica. Entre los 25 y los 50 días tras la I.V.E. comenzará la primera regla. A partir de este momento, los ciclos volverán a ser como antes. Se ha restablecido totalmente la normalidad. No es necesaria ninguna revisión ginecológica más, salvo las habituales revisiones periódicas preventivas.

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