Solo basta preguntar a los
adultos cómo son los adolescentes y muchos responderían que los adolescentes
son promiscuos, solo salen por las noches, tienen malas relaciones familiares,
consumen drogas, no se interesan por los estudios, tienen conductas
antisociales y consumen alcohol en exceso. Esta es una visión centrada en el
riesgo y ve la adolescencia como déficit, en lugar de centrarse en la
competencia y el desarrollo positivo que se da en esta etapa.
Savin Williams dijo en 2004, “la
sociedad actual considera la sexualidad adolescente como una actividad
peligrosa y de riesgo que debe demorarse, antes que una actividad con un enorme
potencial para promover el bienestar y el crecimiento personal”
Pero aún más destacable seria
que ya en el siglo IV antes de Cristo Sócrates se refería a la adolescencia con
estas palabras: “la juventud actual ama el lujo, es maliciosa, es malcriada, se
burla de la autoridad y no tiene ningún respeto por los mayores. Nuestros
muchachos de hoy son unos tiranos, que no se levantan cuando un anciano entra
en alguna parte, que responden con altanería a sus padres y se complacen en ser
gentes de mala fe…”
Pero no hace falta que nos
centremos en las opiniones de los expertos para darnos cuenta que aunque hayan
pasado muchos años esta opinión sigue estando vigente en la actualidad.
Pero, ¿qué tal si volvemos la
vista unos años atrás y tomamos como ejemplo nuestra propia adolescencia?, veremos
que es un periodo en el cual nos sentimos ansiosos por conocernos a nosotros
mismos, saber quien somos y que queremos, nos sentimos incomprendidos por los
adultos y nos refugiamos en el grupo de amigos. Practicamos la masturbación a
la vez que soñamos con el placer compartido y aparece el primer amor, la
obsesión con el amor. Nos embarcamos en la ansiosa y esperada “primera vez” sin
saber los pasos que debemos dar y olvidando los peligros que nos acechan,
embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual.
Pero es más destacable que son
muchos los jóvenes que no experimentan ningún problema, que afrontan de forma
adecuada los retos y tareas de esta etapa evolutiva, de modo que la
adolescencia no es tan rebelde y conflictiva como la pintan o ¿qué pensáis
vosotros?
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