¿Qué son los celos? Si buscamos
en un diccionario de la lengua española podemos encontrar dos acepciones:“sentir
envidia o recelo de que lo que uno tiene o desea llegue a ser alcanzado por
otro” o “sospecha de que la persona amada ponga su cariño en otra”. Los celos
son señal de desconfianza, inseguridad, baja autoestima que a veces son
acompañados también por la envidia, pero
es necesario saber diferenciarlos:
·
La envidia
se da entre dos personas, mientras que en los celos se refiere a una relación tríadica,
es decir, entre nuestra pareja y un tercero.
·
La envidia se caracteriza por sentimientos de
inferioridad, autocrítica, insatisfacción y preocupación por uno mismo.
·
Los sentimientos que acompañan a los celos son
ira, hostilidad, sospecha, rechazo y resentimiento.
·
Lo que sí comparten es el descenso que sufre
nuestra autoestima cuando aparece alguno de ellos.
Los celos son una emoción
compleja que incluyen todos aquellos sentimientos, pensamientos y
comportamientos que aparecen ante la amenaza real o imaginaria de nuestra
relación sentimental. Es un deseo intenso que tenemos de poseer algo que
consideramos de propiedad personal y percibimos que una tercera persona puede
arrebatárnoslo. Es aquí cuando nuestra imaginación empieza su camino y en
nuestra mente se disparan imágenes de nuestra pareja con otra persona en
actitud cariñosa.
Pasar horas sufriendo un ataque
de celos no sólo causa dolor y sufrimiento a la persona que los siente, sino
que al mismo tiempo resta momentos de felicidad y placer a nuestra pareja. Estamos
dudando de la persona amada, cuestionando su fidelidad hacia nosotros y al
mismo tiempo su amor.
Sentir celos acarrea una serie
de consecuencias negativas. En primer lugar los celos aparecen si somos personas
inseguras con baja autoestima, de modo que los sentimientos de celos suelen
hacer que nos comparemos con otras personas y si nuestra autoestima es baja y
nos sentimos inseguros, esta comparación la mermará más si cabe.
Otra de las consecuencias
negativas es que dificultan nuestra capacidad de concentración, consumiendo
mucha energía mental. Nuestra mente no deja de generar imágenes y pensamientos
dañinos que activan nuestro cuerpo y nos hacen perder el control tanto
emocional como mental, comportándonos de forma poco apropiada con conductas
violentas o haciendo cosas que en un momento de lucidez nunca haríamos. Es como
si un yo negativo y agresivo saliera de nuestro cuerpo y no lo pudiéramos controlar.
Podríamos nombrar muchos más
efectos negativos pero nunca encontraríamos ningún beneficio. ¿Se te ocurre
alguno más?
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