En la actualidad el cáncer de mama
es la primera causa de muerte por tumor maligno en las mujeres. Pero además del
cáncer de mama y, dentro de los tumores ginecológicos, existen unos tipos
de cáncer denominados tumores genitales.
¿Cuáles son los tumores genitales?
Los tumores
genitales engloban los tumores de ovario, los uterinos, los tumores de cérvix,
de vagina y de vulva. Estos tipos de cáncer representan
el 14% del total de tumores, repartiéndose entre el de endometrio (7%), cérvix (1%), útero (0,5%), ovario (4%) y vulva (0,25%).
Cáncer de endometrio. Representa el 7% de todos los cánceres de la mujer, siendo el tumor
ginecológico maligno más frecuente después del cáncer de mama. Afecta sobre
todo a mujeres postmenopaúsicas con una media de edad cercana a los 60 años. La
obesidad, diabetes, hipertensión y la ausencia de embarazos están asociados a
este tipo de cáncer.
Cáncer de ovario. Representa aproximadamente el 4% de las tumoraciones. El diagnóstico precoz del cáncer de ovario se considera el factor fundamental para el éxito del tratamiento en estas pacientes. Este diagnóstico se realiza básicamente mediante técnicas de imagen, de ahí la importancia del uso de la ecografía vaginal en la revisión rutinaria.
Cáncer de cérvix. Está demostrado que el mayor factor de riesgo para contraerlo es
la ausencia de un control ginecológico periódico, 8 de cada 10 cánceres se producen en
mujeres que no se someten a estas revisiones.
¿Cómo se lucha
contra el cáncer?
Los tres pilares fundamentales de
la lucha contra el cáncer son: la prevención, el diagnóstico precoz y la
caracterización genética del tumor.
La prevención
Por una lado, la prevención primaria que actúa sobre los factores de riesgo,
mediante la dieta pobre en grasas animales y rica en verduras, evitando la
obesidad, los tóxicos como tabaco y el
alcohol, realizando ejercicio habitual, que junto con el control
de los factores genéticos son la base de la prevención.
Por otro, la prevención secundaria pretende realizar un diagnóstico precoz capaz de identificar lesiones pre-malignas o cáncer cuando todavía no ha dado síntomas mediante pautas de revisión anuales.
El
diagnostico precoz
En muchos casos el diagnóstico precoz, o temprano, puede curar el cáncer, de ahí
la importancia de la revisión ginecológica anual y de acudir al ginecólogo
cuando aparezcan síntomas como:
- Pérdidas
sanguíneas fuera de la menstruación.
- Se observe un
aumento del volumen de abdomen.
- Se sientan molestias o peso
persistente en una zona determinada del bajo vientre
- Haya flujo sanguinolento.
- Se detecten molestias vulvares en
forma de úlcera, nódulo, prurito o quemazón persistente.
La
caracterización genética del tumor.
Esta última permite ofrecer un
tratamiento individualizado a cada paciente, diseñado en función de las
mutaciones propias que presente su tumor.
¿Cómo afecta a la
sexualidad?
Los enfermos de cáncer
suelen experimentar cambios en su sexualidad que deberse a
factores físicos, psicológicos o a una combinación de ambos.
1.- La presencia de depresión, ansiedad y estrés conlleva
alteraciones fisiológicas que pueden dificultar la respuesta sexual. La
respuesta sexual de una persona puede verse afectada de muchas maneras y en el
caso de los enfermos de cáncer, las dificultades sexuales más frecuentes que
pueden aparecer son:
- Disminución o pérdida de deseo sexual. Incluso puede llegar a resultar
incómoda o desagradable cualquier insinuación o acercamiento por parte de la
pareja.
- Problemas en la excitación. Déficit en la lubricación y sequedad vaginal en
la mujer o problemas de erección en el hombre.
- Dificultades para alcanzar el orgasmo. Ausencia de orgasmo o disminución en
su intensidad o duración.
- En las mujeres, dolor y molestias durante la relación sexual.
2.- Los tratamientos producen cambios físicos u hormonales
que influyen directa o indirectamente en la sexualidad. Algunos tipos de cáncer
y sus tratamientos pueden causar disfunciones sexuales, especialmente el cáncer
ginecológico en mujeres y de próstata en los hombres.
Muchos de estas
alteraciones son transitorias y tras un tiempo después de los tratamientos
pueden desaparecer. Es muy importante no olvidar que se puede mantener
relaciones sexuales satisfactorias aunque hayan cambiado determinados aspectos
de la sexualidad.
Fuentes:
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