¿QUÉ ES ANAHIT? SEXOLOGÍA V

En el tema de hoy entramos en una última etapa vital de la sexualidad, la vejez, como siempre espero que os animéis a ser partícipes tanto del blog, como de mis propuestas.


Algunas personas creen que en la etapa de la vejez la sexualidad es escasa o inexistente, los cambios se consideran negativos y se produce pérdida de la capacidad y el interés sexual, pero la realidad es que la sexualidad no se pierde con la edad y sus múltiples dimensiones evolucionan de manera diferente. Al igual que en otras etapas de la vida, en la vejez se tiene una necesidad sexual, necesitamos intimidad corporal y afectiva.
Para vivir la sexualidad de forma placentera debemos conocer los distintos cambios que se producen en nuestro cuerpo. En las mujeres aparecen las irregularidades menstruales, la menopausia, sofocos, los órganos sexuales se atrofian y pierden elasticidad, aparece la sequedad vaginal y la incontinencia urinaria. En los hombres no se producen cambios tan significativos como la menopausia, pero si cambios relacionados con la capacidad de erección, frecuencia del coito y duración del periodo refractario, que es el tiempo que transcurre desde que eyacula hasta que vuelve a tener una erección, es decir, la erección es más lenta y necesita mayor estimulación, pueden requerirse hasta días para poder conseguir una erección completa.

Tanto en el hombre como en la mujer, los cambios fisiológicos en la vejez no justifican en sí mismos una pérdida brusca y significativa de la actividad sexual, sino que la adaptación adecuada a estos cambios puede tener como resultado incluso un enriquecimiento de la sexualidad de la pareja, libres de miedos al embarazo y del deseo menos controlado a la descarga eyaculatoria. En ésta etapa debemos dar importancia al interés y deseo por ser abrazados, tocados, queridos, a la excitación y el placer.
La educación afectivo sexual en la vejez pretende dar a conocer los cambios que se producen en nuestro cuerpo y acabar con los mitos acerca de la sexualidad en los mayores. Algunos de estos mitos son:
  1. Las personas mayores no tienen capacidad fisiológica para tener relaciones sexuales.
  2. Las personas mayores no tienen intereses sexuales.
  3. Los mayores que se interesen por la sexualidad son inmaduros: “viejos verdes”.
  4. Los hombres mayores si tienen intereses sexuales, las mujeres no.
  5. Las desviaciones sexuales como el exhibicionismo, el voyerismo y los abusos de menores, son más frecuentes en la vejez.
  6. La actividad sexual desgasta, supone una pérdida de energía, envejece, etc.
  7. La actividad sexual es mala para la salud, sobre todo si se tiene alguna enfermedad.
  8. La masturbación es una conducta desviada y dañina, sobre todo en la vejez.
  9. Después de la menopausia y en la vejez la satisfacción sexual disminuye: ya nada es igual, se pierde mucho, etc.
  10. Las personas mayores que tienen una enfermedad no deben tener actividad sexual.
  11. Las personas mayores no son atractivas sexualmente para los demás.
  12. Las mujeres mayores no tienen interés sexual para los hombres.
  13. Las mujeres deben ser igual o más jóvenes que los hombres en una relación de pareja.
En el próximo tema hablaremos de la sexualidad en pareja, os espero

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