De la boca pueden salir dos cosas hermosas, cuando nos dicen “te quiero” y cuando nos besan. La boca tiene varias funciones como son alimentar, hablar, morder, saborear, reír y, cómo no, besar. La boca nos ofrece la capacidad de amar con los besos y llegar a lo más íntimo de la persona que los recibe.
La boca de las mujeres suele ser más protuberante que la de los hombres y cuando están excitadas sus labios se hinchan, se enrojecen y se hacen más sensibles al contacto, si añadimos un poco de carmín los convertiremos en algo irresistible. Todo ello hace que sean más visibles y están avisando de lo que ocurre en otra parte de nuestro cuerpo, los genitales.
Desde el punto de vista sexual, la boca posee un gran simbolismo, ya que la lengua se asocia con el pene y los labios con la vagina, además cuando pasemos la lengua lentamente sobre nuestros labios mirando a alguien, será un gesto de insinuación y provocador.
Hay que destacar, en el acto del beso, que cuando vamos a besar de manera amorosa nos acercamos y el olfato nos muestra la proximidad con la persona amada, entonces cerramos los ojos y nos abandonamos al mundo de las emociones. El contacto con los labios del amante nos estremece de una manera única.
El beso es una pieza imprescindible junto con el deseo, no se trata solo de una parte más del acto sexual, es una gran demostración de amor en un momento donde se da una perfecta unión entre dos personas.
Dependiendo del tipo de relación que tengamos con la persona que besamos, la forma y la intensidad de los besos es diferente. La estimulación puede variar si alejamos los besos de la boca acercándolos a otras zonas sensibles de nuestro cuerpo. Un beso, otro beso, muchos besos nos llevan desde el juego amoroso a un gran momento de intimidad, si así lo deseamos. Todos estos besos nos excitan y preparan nuestro cuerpo para el encuentro amoroso.
Mañana la alquimia, os espero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario