El mito de que los hombres tienen mayor deseo sexual que las mujeres es falso, el deseo varía de una persona a otra y no está sujeto al sexo, cada persona, sea hombre o mujer, es diferente.
El deseo está presente en ambos sexos y depende de varios factores, entre los cuales podemos destacar los roles asignados a cada sexo, que pueden ser los causantes de esta creencia, ya que tradicionalmente a las mujeres se les ha asignado el papel pasivo, sumiso, no debían tomar la iniciativa en la relación sexual, y en cambio ellos deben de ser los activos y deben están dispuestos a mantener una relación en cualquier momento.
Ellos han de saberlo todo sobre sexualidad, nunca sienten vergüenza, inseguridad o miedo, las emociones, los deseos y las fantasías no son propias de ellos, sus penes han de llevarnos al paraíso, siempre deben estar excitados y dispuestos.
Desde pequeños aprenden que la masculinidad está sumamente relacionada con el pene y su actuación en la cama, la inseguridad y el miedo no son propias de los machos.
En cambio a las mujeres se nos ha negado cualquier manifestación de nuestra sexualidad. No debíamos tomar la iniciativa para no parecer unas "frescas", debemos dejarnos hacer, que el hombre decida qué, cuándo, dónde y cómo.
La pasividad y la sumisión eran la clave, en definitiva a nosotras tampoco nos ha ayudado el papel que nos han encomendado.
La pasividad y la sumisión eran la clave, en definitiva a nosotras tampoco nos ha ayudado el papel que nos han encomendado.
Seamos hombres o mujeres debemos entender que somos libres para vivir nuestra sexualidad, necesitamos analizar nuestro modelo sexual y decir no a todo aquello con lo que no estamos de acuerdo.
Superar ciertas creencias como por ejemplo el mito tratado hoy y seguir un modelo de sexualidad más justo, que nos satisfaga a todos y a todas. El sexo no es algo prohibido o inmoral, es una actividad placentera para todo el mundo, sin distinción y las mujeres debemos responsabilizarnos de nuestra sexualidad, conocer nuestro cuerpo y preguntarnos cómo y cuando deseamos que sean nuestros encuentros sexuales.
Superar ciertas creencias como por ejemplo el mito tratado hoy y seguir un modelo de sexualidad más justo, que nos satisfaga a todos y a todas. El sexo no es algo prohibido o inmoral, es una actividad placentera para todo el mundo, sin distinción y las mujeres debemos responsabilizarnos de nuestra sexualidad, conocer nuestro cuerpo y preguntarnos cómo y cuando deseamos que sean nuestros encuentros sexuales.
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