La autoestima es un concepto muy utilizado en
psicología y también aparece con frecuencia en los libros de autoayuda,
revistas e internet, así que nos resultará una palabra familiar. Pero ¿sabemos
a qué se refiere exactamente?
Los seres humanos poseemos conciencia de
nosotros mismos y por ello tenemos la posibilidad de darnos un valor como
personas. Esto es la autoestima todo lo que pensamos sobre nosotros, cómo nos
sentimos con ello y cómo actuamos en nuestro día a día.
Cuando hablamos de autoestima nos referimos a
una imagen global, no sólo a apariencia física. Para hacer una valoración
global es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos: apariencia física,
capacidad intelectual, forma de ser, aceptación social, logros en la vida y el
rendimiento laboral o académico. Solo
así sabremos realmente cual es el concepto sobre nosotros mismos y por tanto
como es nuestra autoestima.
Si nuestra autoestima es elevada significa que
poseemos un concepto positivo de nuestro
valor como persona y por tanto tenemos confianza, valor y respeto por
uno mismo. Estamos contentos con cómo somos y estamos preparados para disfrutar
de las cosas buenas que la vida nos brinda cada día. Para sentirnos bien la
autoestima es imprescindible. Sentirse queridos, apreciados, valorados,
aceptados, cuidados y reconocidos por nosotros mismos es un pilar fundamental
para nuestra vida. Esto nos permite disfrutar del bienestar y ser eficaces con
nosotros mismos y en nuestras relaciones con los que nos rodean.
En cambio si nuestra autoestima es baja
solemos juzgarnos, rechazarnos, menospreciarnos, fijarnos en lo negativo y
asumimos más riesgos. Nuestras relaciones con los otros no son fáciles, nos
cuesta aceptar críticas, pedir ayuda o resolver problemas, confiar y abrirnos a
los demás y disfrutar de lo que nos rodea. Con todas estas dificultades nos
encontramos si no andamos bien de autoestima.
En los tiempos que corren con la crisis, el
desempleo, los recortes, etc quizá ahora las cosas no van como queremos, pero
es necesario tener en cuenta que todo no lo podemos controlar y todo esto no
nos hace perder valor como persona. Tenemos que luchar por lo que queremos
pensando que todas estas dificultades serán superadas y nos espera un futuro
mejor. Esto se consigue con esfuerzo y una autoestima elevada.
Quererse y
valorarse a uno mismo no es egoísmo, es signo de madurez.
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