El propósito de una caricia
siempre es una relación sexual.
Este mito es mantenido por
algunas creencias religiosas que opinan que las caricias te conducen a las
relaciones prematrimoniales y con ello al pecado. Consideran que las caricias
amorosas tienen resultados dañinos como el adulterio, te llevan a un matrimonio
inseguro si ambos miembros de la pareja han sido acariciados por otras personas,
pudiendo provocar el divorcio y muchas contraindicaciones más.
Yo considero que las caricias
no solo se reservan para la pareja y mucho menos para el matrimonio, ya que forman
parte de la relación que hay entre dos personas, sea una relación íntima, una
amistad o un parentesco. Los humanos somos seres sociales que necesitamos
relacionarnos con los demás a través de palabras, gestos y hechos. Si hablamos
concretamente en una pareja, no tienen porque significar la preparación para
una relación sexual, podemos estar expresando el amor que sentimos por una
persona en un momento determinado sin que eso signifique el querer pasar a más.
Las caricias pueden ser una
actividad sexual más o simplemente un gesto de cariño y amor hacia el otro. Que se convierta en la antesala de
una relación sexual lo decidiremos dependiendo del momento y de nuestras
necesidades.
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