Cuando hablamos
de sexualidad siempre se nos viene a la mente una pareja joven, pero ¿qué pasa
con los mayores y su sexualidad? Parece que cuando llegamos a cierta edad hay
cosas que ya no son “adecuadas”. La sexualidad está presente desde que nacemos
hasta que morimos y sólo nosotros decidimos si queremos desarrollarla o dejarla
a un lado. Está claro que nuestra vida sexual no es igual a los 20 años que a
los 40, pero esto no quiere decir que sea peor, simplemente es diferente. Además
la experiencia dicen que es un grado, así que en la sexualidad también debe
influir ¿no?
Existe la idea
de vejez como un periodo donde no evolucionamos, se producen cambios negativos,
pérdida de la capacidad y también del interés
sexual. Esto no es así ya que la sexualidad no se pierde con la edad. Para
hablar sobre la sexualidad en la vejez vamos a comenzar nombrando las ideas que
han llevado a negarla en esta etapa de
la vida:
- Concepto genital y procreador de la sexualidad. La sexualidad humana se considera una dimensión más amplia que incluye aspectos fisiológicos y afectivos. Podemos disfrutar sexualmente de todo el cuerpo, son múltiples las zonas erógenas, entre las cuales está la piel, con las que sentimos placer.
- Modelo “coital juvenil” como el modelo de sexualidad a seguir en la vejez. Tenemos que aceptar que los años pasan y nuestro cuerpo cambia, al igual que nuestra forma de vivir la sexualidad.
- La erección se vive como símbolo de poder, de
prestigio y esta visión afecta a los varones y también a las mujeres. Esto implica que todo nuestro placer y
bienestar sexual depende del pene y del coito genital, provocando ansiedad
en lo varones e insatisfacción en ambos sexos. Otras formas de placer como la
estimulación del clítoris, los masajes, el contacto de piel con piel
quedan en un segundo plano.
Hay que ver la
sexualidad dentro de las necesidades interpersonales y entender el
envejecimiento desde una perspectiva que reconozca las mismas necesidades que
tienen los jóvenes y los adultos. La sexualidad no tiene edad y puede
desarrollarse en cada una de las etapas de la vida. Estas son las necesidades
interpersonales a tener en cuenta.
- Necesidad de sentirse seguros y estimados. Los familiares cercanos y/o la pareja es la encargada de cumplir esta función. Cuando esto falta podemos llegar a la soledad emocional.
- Necesidad de tener una red de relaciones
sociales: amigos, conocidos, compañeros, vecinos, etc.
- Necesidad sexual: intimidad corporal y afectiva.
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