Definir cuáles son las
prácticas concretas que se pueden llevar a cabo en el BDSM resultaría
complicado, porque al igual que la sexualidad es amplia y se puede expresar de
muchas formas diferentes, con el BDSM pasa lo mismo. Por ello es difícil hablar
de unas prácticas concretas teniendo en cuenta que los límites los pone la
imaginación y quedan a la elección de cada persona llevarlos al mundo real o
no. Solo podemos hablar de comportamientos habituales, comunes y básicos entre
las personas que practican estas disciplinas.
Cuando pongas en práctica
alguna de estas ideas ten en cuenta que es mejor empezar por algo sencillo,
siempre ir de menos a más, asumiendo que se trata de probar y probar hasta acertar.
Así que ahora sólo te queda elegir alguna de las ideas o practicarlas todas a
ver cuál te resulta más excitante. Muy importante no olvidar comentarnos que tal
ha ido, todo sea por compartir y aprender todos de todos.
Si lo que quieres es salir de la rutina e iniciarte en juegos diferentes y
alternativos puedes empezar con estas cuatro ideas que te propongo a
continuación.
Prívale
de uno de sus sentidos, por ejemplo la vista.
Al privar a una persona de uno de sus sentidos
conseguimos que los demás se agudicen, la sensibilidad de la piel y la
excitación se intensifican consiguiendo que se concentre en lo que siente o
recibe a través de ellos.
¿Has probado por ejemplo a tapar los ojos de tu
pareja mientras le acaricias, le besas o le masajeas? Pues prueba con un
antifaz, primero tapa sus ojos y luego acaríciale,
masajéale y piensa en pequeñas travesuras que siempre serán inesperadas al
tener los ojos tapados. El amo será la persona que acaricia y el sumiso aquel
que tiene el antifaz en los ojos. Entonces mientras el amo le acaricia puede
decirle cosas al oído y no dejar que le toque o se libere del antifaz hasta que
él se lo ordene.
Material
necesario: antifaz negro.
Inmoviliza
su cuerpo
Si decides inmovilizar a tu
pareja es importante que antes compruebes que no está apretado en exceso y
corte la circulación, así que lo mejor es preguntar si las esposas o la cuerda
con la que lo hemos inmovilizado está bien colocada. No es necesario causar
dolor a no ser que el sumiso lo pida, pero lo mejor es asegurarnos que no
impedirá el riego sanguíneo de la zona inmovilizada.
Es más, para los que se
inician en este tipo de prácticas pueden empezar con algún artículo con el cual
tenga la sensación de no poder desatarse sin necesidad de que esté bien
amarrado, con eso es suficiente. Si te decides por una
cuerda o un lazo de seda es indispensable tener siempre a mano unas tijeras sin
punta, por si la persona que está atada se agobia o le da un poco de pánico o
simplemente porque le hace daño, por eso es necesario no apretar en exceso.
Para evitar complicaciones
puedes probar con unas esposas de plumas, que a pesar de llevar llave para
abrir y cerrar no es necesario llamar al cerrajero para abrirlas en caso de que
desaparezca la llave. Al ser de plumas dan un toque sensual y diferente y con
ellas puestas no podrá huir de tus caricias aunque no pueda soportar tanto
placer.
Material necesario: esposas
de plumas
Unos azotitos
Con este tema hay que ser
prudentes e ir despacio, no quieras empezar con un látigo de cuero a dar azotes
a tu pareja, nada de eso, cada cosa a su debido tiempo. El objetivo es que la
persona que recibe los azotes primero se relaje, porque el placer no está
necesariamente en la fuerza y por eso las caricias son una herramienta fundamental para preparar
la piel y relajar a nuestra pareja, para después ejercer un poco de fuerza.
Como hay que ir despacito y
con buena letra, vamos a empezar usando nuestras manos para acariciar la zona
durante un buen rato, con un poco de aceite de aroma agradable que nos ayude a
crear un ambiente sensual, al mismo tiempo que con las caricias la sangre vaya
concentrándose en la zona que vamos a castigar y con ello aumente su excitación,
así lograremos la relajación de nuestra pareja para después castigarla de forma
suave.
Empezaremos usando nuestras
propias manos centrándonos en la zona de las nalgas dando pequeños golpecitos. Si
vemos que esto gusta y excita a nuestra pareja podemos dar un paso más y usar
por ejemplo el set de cat woman, un divertido conjunto de látigo con una
máscara con la que te convertirás en una gatita muy peligrosa y sobre todo súper sexy.
Material necesario: aceite
de masaje “Shunga” y set cat woman.
Palabra
de seguridad.
Por
último y no por eso menos importante, hay que pactar una palabra de seguridad,
la cual si el sumiso la usa, el amo detiene inmediatamente la actividad. No
vale elegir “no”, “basta” o “para”, porque es fácil utilizarlas como parte del
juego, lo mejor es buscar otra expresión: “rojo”, por ejemplo.
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