SEXO ANAL: ALQUIMIA

Hoy en la alquimia de Anahit Consulta continuamos con el tema sobre el sexo anal, así vamos a destacar las principales particularidades que hay que saber del ano; también sabremos por qué resulta placentera su estimulación tanto a las mujeres como a los hombres; y por último te damos una serie de consejos para evitar los posibles riesgos y mantener una higiene adecuada a la hora de llevar a la práctica el sexo anal. Como siempre espero que sea de vuestro interés y que os guste.



Habría que comenzar insistiendo en que es muy importante conocer todo nuestro cuerpo y, como no, saber cuál es la sensibilidad del esfínter y cuál es su reacción al relajarse o contraerse.

Para empezar a conocer el ano deberíamos saber cuáles son los músculos que actúan mientras mantenemos esta práctica sexual, de modo que habría que saber que los músculos que actúan son el esfínter interno y el esfínter externo, que son los encargados de controlar la apertura y el cierre del ano.

También es necesario saber que la zona del ano y el recto poseen una gran cantidad de terminaciones nerviosas, siendo este el motivo que provoca que el sexo anal resulte placentero, pero también al ser una zona con tanta presencia de terminaciones nerviosas, si no lo realizamos adecuadamente, su estimulación puede producir placer pero también dolor, por eso habría que llevarlo a cabo con delicadeza.

Otro dato importante a tener en cuenta es que ni el ano ni el recto secretan lubricación alguna, y por ello, si no usas lubricante, conseguirás que resulte difícil y dolorosa la penetración, e incluso se pueden llegar a producir lesiones o molestias en la zona.

Sabiendo esto cabría hacerse las preguntas de, ¿por qué el sexo anal llega a ser tan placentero tanto para hombres como para mujeres? Pues esta pregunta tiene diferentes repuestas dependiendo del sexo, masculino o femenino, al que nos refiramos.

¿Por qué gusta a los hombres?

El placer que los hombres obtienen con la práctica del sexo anal se debe a que les gusta mucho el factor de que, al mismo tiempo que es penetrado, se le estimula la próstata o también la zona conocida como punto P, pudiendo dar lugar a orgasmos de gran intensidad.

¿Y las mujeres por qué obtienen placer?

A diferencia de los hombres, las mujeres no poseen punto P, pero como ya hemos comentado en otras ocasiones, muchas mujeres sólo alcanzan el orgasmo a través de la estimulación del clítoris, aunque ya sabemos que el clítoris no es solo la parte que podemos ver, en la parte interior de los genitales femeninos se encuentran sus ramificaciones o bulbos extendiéndose a lo largo de los labios vaginales, rodeando la vagina y llegando incluso cerca del ano. Este hecho es uno de los que permite a algunas mujeres alcanzar el orgasmo durante el sexo anal. Pero también está el hecho de que a través de la penetración anal, se puede llegar a estimular el punto G y por ello, el sexo anal puede llegar a resultar algo muy placentero para ellas.

Pero para que el sexo anal sea aún más placentero y no tengamos que lamentarnos posteriormente, es recomendable tener en cuenta los riesgos de practicar sexo anal y mantener una higiene adecuada.

¿Cuáles son los riesgos de practicar sexo anal?

A la hora de mantener relaciones anales podemos producir pequeños cortes, hemorragias o fisuras anales, a través de las cuales se puede provocar el contagio de diferentes enfermedades. Entre las enfermedades que se pueden transmitir a través del sexo anal están el VIH, virus del papiloma humano (VPH), además de varias enfermedades asociadas con la naturaleza infecciosa de la materia fecal o las relaciones sexuales en general como son clamidia, gonorrea o herpes entre otras.


Para evitarlo, además de utilizar los diferentes métodos de protección, se debe tener en cuenta que:

- El ano es un músculo que cuando intentamos introducir algo puede reaccionar encogiéndose y, como hemos comentado anteriormente, la zona del esfínter no posee una lubricación propia así que, a la hora de mantener relaciones anales, no debemos hacerlo de forma brusca.

- La mucosa situada en el recto es muy porosa y es frágil ante las bacterias siendo una vía muy común de transmisión de enfermedades sexuales.

Pero tampoco habría que asustarse y rechazar la idea de practicar sexo anal ya que, por lo general, las bacterias presentes normalmente en el ano no suponen un riesgo si se mantiene una buena salud y una buena higiene.

Así que el otro factor importante a tener en cuenta a la hora de mantener relaciones anales es la higiene, debido a que el sexo anal posee mucha estigmatización negativa asociada a él, sobre todo debido a que desde pequeños se nos enseña que el ano es sucio y puerco. Cuando ya somos adultos rechazamos la idea de tocar nuestro ano o que alguien pueda tocarlo e incluso la mayoría de las personas tienen miedo de entrar en contacto con su propio excremento o el de su compañero. De un modo u otro, lo que tenemos claro en este punto es que el sexo es para disfrutarlo y con una higiene conseguiremos que sea totalmente placentero y sano.

Así que debemos tener en cuenta varios aspectos para practicar un sexo anal higiénico:

- Utilizar preservativo, tanto por limpieza ya que podemos tirarlo directamente, como por salud para evitar infecciones.

- Durante el sexo anal puede salir algún resto fecal y/o quedarse pegado al pene, el juguete o los dedos, según lo que usemos para penetrar. Aunque no es nada grave, puede ser desagradable y provocar un bajón de libido. Es aconsejable que la persona que guste de esta práctica evacue antes de practicar sexo anal, de manera que la última parte del colon este lo más limpia posible y así no existan dificultades para la penetración, así que:


  • Se podría usar una pera de goma con la que se aspira agua tibia, sin jabón, y se introduce en el recto. Se mantiene un rato dentro y luego se defeca normalmente. Con repetir el proceso un par de veces, será suficiente para asegurarse de una buena limpieza rectal.
  • Si el sexo anal os pilla desprevenidos, se puede adecuar la zona en la ducha o bañera introduciendo un dedo mojado con agua repetidamente hasta que no salga sucio.


  • Otro método útil para el lavado rectal es la utilización de duchas anales. Las duchas anales se deben utilizar con precaución, ya que un uso excesivo puede dañar la flora intestinal. ¿Cómo funciona una ducha anal? Se desenrosca la ducha estándar y se incorpora la ducha anal para poder adecuar tanto la presión como la temperatura del agua.


En definitiva, si queremos que la experiencia del sexo anal sea agradable tanto para uno mismo como para la pareja, no solo dependerá de la sensación de dolor, si no que el rechazo también pueda deberse a malas impresiones, que son provocadas por falta de higiene. Sabiendo ya todo esto, si quieres practicar sexo anal pero aún tienes un poco de miedo o no lo has probado nunca, mi último consejo es comenzar practicando técnicas de respiración profunda para relajarte o usar juguetes sexuales pequeños, esto te ayudará a conocerte mejor y saber cómo actúa esta parte de tu cuerpo para saber cómo reaccionará ante el sexo anal. ¿Te animas?

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