Habría que
comenzar insistiendo en que es muy importante conocer todo nuestro cuerpo y, como
no, saber cuál es la sensibilidad del esfínter y cuál es su reacción al relajarse
o contraerse.
Para empezar
a conocer el ano deberíamos saber cuáles son los músculos que actúan mientras
mantenemos esta práctica sexual, de modo que habría que saber que los músculos
que actúan son el esfínter interno y el esfínter externo, que son los
encargados de controlar la apertura y el cierre del ano.
También es
necesario saber que la zona del ano y el recto poseen una gran cantidad de
terminaciones nerviosas, siendo este el motivo que provoca que el sexo anal resulte placentero, pero también al ser una zona con tanta presencia de
terminaciones nerviosas, si no lo realizamos adecuadamente, su estimulación
puede producir placer pero también dolor, por eso habría que llevarlo a cabo
con delicadeza.
Otro dato
importante a tener en cuenta es que ni el ano ni el recto secretan lubricación
alguna, y por ello, si no usas lubricante, conseguirás que resulte difícil y
dolorosa la penetración, e incluso se pueden llegar a producir lesiones o molestias
en la zona.
Sabiendo
esto cabría hacerse las preguntas de, ¿por qué el sexo anal llega a ser tan
placentero tanto para hombres como para mujeres? Pues esta pregunta tiene
diferentes repuestas dependiendo del sexo, masculino o femenino, al que nos
refiramos.
¿Por qué
gusta a los hombres?
El placer
que los hombres obtienen con la práctica del sexo anal se debe a que les gusta mucho
el factor de que, al mismo tiempo que es penetrado, se le estimula la próstata
o también la zona conocida como punto P, pudiendo dar lugar a orgasmos de gran
intensidad.
A
diferencia de los hombres, las mujeres no poseen punto P, pero como ya hemos
comentado en otras ocasiones, muchas mujeres sólo alcanzan el orgasmo a través
de la estimulación del clítoris, aunque ya sabemos que el clítoris no es solo la
parte que podemos ver, en la parte interior de los genitales femeninos se
encuentran sus ramificaciones o bulbos extendiéndose a lo largo de los labios
vaginales, rodeando la vagina y llegando incluso cerca del ano. Este hecho es uno
de los que permite a algunas mujeres alcanzar el orgasmo durante el sexo anal. Pero
también está el hecho de que a través de la penetración anal, se puede llegar a
estimular el punto G y por ello, el sexo anal puede llegar a resultar algo muy
placentero para ellas.
Pero para
que el sexo anal sea aún más placentero y no tengamos que lamentarnos
posteriormente, es recomendable tener en cuenta los riesgos de practicar sexo
anal y mantener una higiene adecuada.
¿Cuáles son
los riesgos de practicar sexo anal?
A la hora
de mantener relaciones anales podemos producir pequeños cortes, hemorragias o
fisuras anales, a través de las cuales se puede provocar el contagio de
diferentes enfermedades. Entre las enfermedades que se pueden transmitir a
través del sexo anal están el VIH, virus del papiloma humano (VPH),
además de varias enfermedades asociadas con la naturaleza infecciosa de la
materia fecal o las relaciones sexuales en general como son clamidia, gonorrea
o herpes entre otras.
Para
evitarlo, además de utilizar los diferentes métodos de protección, se debe tener
en cuenta que:
- El ano es
un músculo que cuando intentamos introducir algo puede reaccionar encogiéndose
y, como hemos comentado anteriormente, la zona del esfínter no posee una lubricación
propia así que, a la hora de mantener relaciones anales, no debemos hacerlo de
forma brusca.
- La mucosa
situada en el recto es muy porosa y es frágil ante las bacterias siendo una vía
muy común de transmisión de enfermedades sexuales.
Pero
tampoco habría que asustarse y rechazar la idea de practicar sexo anal ya que,
por lo general, las bacterias presentes normalmente en el ano no suponen un
riesgo si se mantiene una buena salud y una buena higiene.
Así que el
otro factor importante a tener en cuenta a la hora de mantener relaciones anales
es la higiene, debido a que el sexo anal posee mucha estigmatización negativa
asociada a él, sobre todo debido a que desde pequeños se nos enseña que el ano
es sucio y puerco. Cuando ya somos adultos rechazamos la idea de tocar nuestro
ano o que alguien pueda tocarlo e incluso la mayoría de las personas tienen
miedo de entrar en contacto con su propio excremento o el de su compañero. De
un modo u otro, lo que tenemos claro en este punto es que el sexo es para
disfrutarlo y con una higiene conseguiremos que sea totalmente placentero y
sano.
Así que debemos
tener en cuenta varios aspectos para practicar un sexo anal higiénico:
- Utilizar preservativo,
tanto por limpieza ya que podemos tirarlo directamente, como por salud para
evitar infecciones.
- Durante el sexo
anal puede salir algún resto fecal y/o quedarse pegado al pene, el juguete
o los dedos, según lo que usemos para penetrar. Aunque no es nada grave, puede ser
desagradable y provocar un bajón de libido. Es aconsejable que la persona que
guste de esta práctica evacue antes de practicar sexo anal, de manera que la
última parte del colon este lo más limpia posible y así no existan dificultades
para la penetración, así que:
- Se podría usar una pera de goma con la que se aspira agua tibia, sin jabón, y se introduce en el recto. Se mantiene un rato dentro y luego se defeca normalmente. Con repetir el proceso un par de veces, será suficiente para asegurarse de una buena limpieza rectal.
- Otro método útil para el lavado rectal es la utilización de duchas anales. Las duchas anales se deben utilizar con precaución, ya que un uso excesivo puede dañar la flora intestinal. ¿Cómo funciona una ducha anal? Se desenrosca la ducha estándar y se incorpora la ducha anal para poder adecuar tanto la presión como la temperatura del agua.
En
definitiva, si queremos que la experiencia del sexo anal sea agradable tanto
para uno mismo como para la pareja, no solo dependerá de la sensación de dolor,
si no que el rechazo también pueda deberse a malas impresiones, que son
provocadas por falta de higiene. Sabiendo ya todo esto, si quieres practicar sexo
anal pero aún tienes un poco de miedo o no lo has probado nunca, mi último
consejo es comenzar practicando técnicas de respiración profunda para relajarte
o usar juguetes sexuales pequeños, esto te ayudará a conocerte mejor y saber
cómo actúa esta parte de tu cuerpo para saber cómo reaccionará ante el sexo
anal. ¿Te animas?
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