Hoy comentamos los aspectos a tener en cuenta para conseguir que la masturbación sea satisfactoria. Como siempre espero que os animéis a ser partícipes tanto del blog, como de mis propuestas.
Existen muchas formas de autoestimularse y son varios los objetos usados para ello, aunque a veces no lo hacemos de manera adecuada.. Muchas personas usan alimentos como un pepino, en el caso de las chicas, o un melón en el caso de los chicos. Nuestros genitales son zonas muy delicadas y deben estar bien protegidas de cualquier tipo de infección. Yo prefiero usar estos alimentos para preparar platos ricos y deliciosos que sirvan para acompañar un momento en pareja.
Por último, para aquellas
personas que les asaltan los sentimientos de culpa y la vergüenza en mitad del
acto, de modo que no pueden llegar a concentrarse en las sensaciones placenteras
que estamos dedicándonos, habría que dejarles claro que la masturbación no es
nada sucio, todo lo contrario, es una práctica sexual más que nos ayuda a
conocer lo que nos proporcionar placer, mejorando nuestras relaciones sexuales
en solitario y también en pareja
Existen muchas formas de autoestimularse y son varios los objetos usados para ello, aunque a veces no lo hacemos de manera adecuada.. Muchas personas usan alimentos como un pepino, en el caso de las chicas, o un melón en el caso de los chicos. Nuestros genitales son zonas muy delicadas y deben estar bien protegidas de cualquier tipo de infección. Yo prefiero usar estos alimentos para preparar platos ricos y deliciosos que sirvan para acompañar un momento en pareja.
Como alternativa a los
alimentos os dejo la receta que para mí sería ideal para una masturbación
satisfactoria.
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Empezaremos activando nuestro apetito sexual y
para ello acaricia las zonas de tu cuerpo que más te apetezca, excepto los
genitales. Puedes usar un poco de crema hidratante o lubricante para que tus
manos se deslicen con más facilidad y suavidad. Si la usas con sabor u olores
además del sentido del tacto estarás estimulando los sentidos del gusto y del
olfato.
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Usa tu imaginación recreando una fantasía, una
escena de una película o un encuentro sexual que hayas vivido. De esta manera
tu deseo se disparará y las hormonas sexuales, como la testosterona de la que
ya hemos hablado en otras ocasiones, empezarán a hacer su trabajo.
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Una vez que nuestro cuerpo empieza a responder a
los estímulos sexuales, vamos a acariciar los genitales. Ve despacio y se
consciente de las zonas que vas tocando y disfrutando de las sensaciones que te
proporcionan.
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Utiliza un lubricante para facilitar los
movimientos. Empieza a estimularte de forma suave para luego ir aumentando. Cambia
el ritmo, la intensidad, los movimientos y tu postura corporal. Esto nos ayuda
a descubrir lo que más nos excita.
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