La mujer no necesita llegar al orgasmo tanto como el hombre.
En una relación sexual las mujeres podemos sentirnos satisfechas sin
llegar al clímax porque estamos “emocionalmente llenas”. Vale, con esto
cubrimos las necesidades afectivas, tan importantes en una relación sexual,
pero ¿Qué pasa con nuestras necesidades sexuales y nuestro derecho a disfrutar
del sexo?
Sabemos que no todas las
relaciones sexuales terminan con el orgasmo y a pesar de ello resultan
satisfactorias, no siempre nuestra respuesta sexual pasa por la fase orgásmica.
Hay otros momentos en los que conseguimos
alcanzar el orgasmo y disfrutar de las sensaciones placenteras que nos aporta.
En la alquimia comentábamos las
tres posibilidades de respuesta sexual en las
mujeres. Pues bien, la tercera se refería a aquella en la que la mujer
no culminaba con el orgasmo. Si esto se repite en muchas ocasiones ¿puede tener
repercusiones en su salud? La respuesta es sí, porque cuando una mujer se
excita las venas y arterias de su útero reciben gran cantidad de sangre que seguirá
su curso normal si se alcanza el orgasmo. En caso contrario, la salida del
flujo sanguíneo se llevará a cabo más lentamente. Esto es lo que se conoce como
Congestión pélvica, cuyos síntomas pueden ser varices que llegan a los ovarios y el útero,
sensación de peso y dolor en el vientre, hinchazón de todo el abdomen,
pinchazos al sentarse y dolor profundo en el coito.
Con esto queda demostrado que
las mujeres, al igual que los hombres, tenemos la misma necesidad de llegar al
orgasmo. Como en muchos otros casos, esto no depende de ser hombre o mujer sino
del momento.
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